Como no podía ser de otro modo por estas fechas, volvió el invierno, un año más. Quizá porque no estoy acostumbrado a este tiempo, me encanta su blancura.
Era un día frío, de 8 grados bajo cero, y mucha niebla. El paisaje parece de película, quizá de miedo.
Admito que a la gente no le guste, que prefiera el polvoriento ambiente del verano. Pero voy a poneros tres razones para preferir el invierno:
Las vías del ferrocarril hacia el más allá, o una simple valla congelada -de aspecto fantasmal- de pronto cobran interés, a nada que se olvide uno del frío y contemple.
Me gusta hacer fotos intentando copiar algunas que me han impresionado. Por ejemplo, la segunda intentó parecerse a esta otra fotografía. Os recomiendo ojear otras entradas, merece la pena.
Feliz Navidad, amigos.
Pues también tenía una como la tercera pero no la puse al final. ¿Te das cuenta de que Kosovo y Salamanca no son tan diferentes, vías de tren, vallas, cencellada,...
ResponderEliminarMuchas gracias por la recomendación. Un abrazo y bienvenido.